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En 1990, los ejecutivos de Lamborghini soñaban que este automóvil alcanzara una velocidad máxima por lo menos de 320 km/h. Los ingenieros de la Casa del Toro transformaron este deseo en realidad: con una velocidad máxima por lo menos de 325 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, el Diablo conquistó la pole position en el segmento de los coches superdeportivos.
En 1990, los ejecutivos de Lamborghini soñaban que este automóvil alcanzara una velocidad máxima por lo menos de 320 km/h. Los ingenieros de la Casa del Toro transformaron este deseo en realidad: con una velocidad máxima por lo menos de 325 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, el Diablo conquistó la pole position en el segmento de los coches superdeportivos.
El Diablo estaba destinado a volverse el digno heredero de los célebres Miura y Countach. Este nuevo supercoche era ancho, bajo y futurista y precisamente como sus antepasados, enseguida se volvió uno de los preferidos de los apasionados de coches de todo el mundo.
Fabricado desde 1990 hasta 2001, Lamborghini ha introducido diferentes variantes en el concepto del Diablo, que han contribuido a construir la leyenda de Lamborghini y han tenido un gran éxito de ventas: se vendieron casi 3.000 automóviles.
El Diablo estaba destinado a volverse el digno heredero de los célebres Miura y Countach. Este nuevo supercoche era ancho, bajo y futurista y precisamente como sus antepasados, enseguida se volvió uno de los preferidos de los apasionados de coches de todo el mundo.
Fabricado desde 1990 hasta 2001, Lamborghini ha introducido diferentes variantes en el concepto del Diablo, que han contribuido a construir la leyenda de Lamborghini y han tenido un gran éxito de ventas: se vendieron casi 3.000 automóviles.